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03 Junio 2024
De acuerdo con un paper publicado por Fernando Ulises Rosas-Valdez, Andrea Fernanda Aguirre-Vázquez y Marcela Agudelo-Botero, entre 1990 y 2019, la carga de la enfermedad renal crónica aumentó considerablemente en los países de América Latina, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad.
La enfermedad renal crónica (ERC) –que implica la pérdida gradual de la función renal y la acumulación de niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y desechos en el organismo– (ha emergido como una de las principales causas de muerte y discapacidad en el siglo XXI (1,2). Esta enfermedad representa una epidemia progresiva en distintas regiones del mundo y un problema importante de salud pública.
Entre 1990 y 2017, la tasa estandarizada (TE) de mortalidad, para todas las edades, aumentó en 2,8%. En 2017, la tasa de mortalidad fue de 15,9 por cada 100 mil personas y, para este mismo año, la prevalencia se estimó en 843,6 millones de personas. Se proyecta que para 2040 la ERC será la quinta causa de muerte.
Cerca del 63% de los años de vida saludables perdidos (AVISA) por ERC se observan en los países de ingresos bajos y medios. En América Latina, esta enfermedad representó la decimosegunda causa de muerte en 1990 y la cuarta en 2019. Esto se ha traducido en una excesiva carga debido a muertes prematuras y años vividos con discapacidad. Varios países de esta región presentan las tasas de mortalidad por ERC más altas a nivel global (2,6).
Por esta razón, tres investigadores Fernando Ulises Rosas-Valdez, Andrea Fernanda Aguirre-Vázquez y Marcela Agudelo-Botero realizaron un levantamiento de data en la región, con el propósito de clarificar el escenario en el continente. Los resultados de sus estudios se consolidaron en la publicación del paper “Cuantificación de la carga de la enfermedad renal crónica en América Latina: una epidemia invisibilizada”, en la Revista Panamericana de Salud Pública.
El equipo de investigadores determinó que, dadas las cifras que rodean a esta patología, la enfermedad renal crónica es una epidemia invisibilizada que representa una carga excesiva, en mortalidad y AVISA, para los países de América Latina. Por lo mismo, formularon un llamado a aunar esfuerzos regionales para enfrentar la enfermedad, además de impulsar acciones locales que atiendan las particularidades de cada país.